trigonolito
El Trigonolito es una representación de la deidad taína Yucahu, también conocida como Yucáhuguama Bagua Maórocoti, Yukajú, Yocajú, o Yukiyú. Es el hijo y contraparte masculina de nuestra madre, Atabey. Aunque algunos taínos más modernos pueden pensar en Yukahu como un Dios todopoderoso, los taínos no creen que nada esté por encima de la naturaleza. Yukahu no es sobrenatural sino parte de la naturaleza. Según la tradición oral, en un principio sólo existía Atabey. Nuestra madre suprema creó los cielos pero había aún un vacío, donde reinaba la nada. Había poco o ningún movimiento en los cielos, Earth y todos los cuerpos celestes estaban vacíos y sin vida. A pesar de estar dominada por la oscuridad. Eventualmente decidió crear dos nuevas deidades, Yucáhu y Guacar, a partir de elementos mágicos e intangibles. Luego dejó a sus hijos a cargo de la creación. Yucáhu asumió como deidad de la creación, convirtiéndose en arquitecto universal. Entonces contempló y despertó a la Tierra de su letargo . Como parte de este proceso, dos nuevas deidades surgieron de una cueva. Boinael y Maroya, controlando el sol y la luna respectivamente. Yucáhu quedó satisfecho con su trabajo, pero Guacar se escondió entre los cielos, para nunca más ser visto por celos. Yucáhu se aburre pero notó cuatro piedras preciosas que estaban tiradas en el suelo, las cuales convirtió en los seres estelares celestiales. Estos comienzan beings reproducidos y esparcidos por todo el universo, donde guían a las deidades. Luego creó animals, otorgándoles moradas y enseñándoles a vivir. Entonces Yucáhu sintió que necesitaba crear algo más, algo que no fuera ni animal ni deidad, Después de contemplar esto durante mucho tiempo Yucáhu creó al hombre abriendo_cc781905-5cde-3194-bb3 136bad5cf58d_una grieta en los cielos de donde emergió el primer hombre. Yucaho entonces nombró al primer hombre Locuo y le dio un alma. Después de que Yukahu se fue del mundo satisfecho con su creación las manos de la humanidad, sintiendo que se había alcanzado el equilibrio.
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History
- Trigonolito is a representation of the Taino deity Yucahu, also known as Yucáhuguama Bagua Maórocoti, Yukajú, Yocajú, or Yukiyú. He is the son and male counterpart to our mother, Atabey. Although some more modern Tainos may think of Yukahu as an all mighty God, the Tainos do not beleive anything to be above nature. Yukahu is not supernatural but a part of nature. According to oral tradition, in the beginning there was only Atabey. Our supreme mother created the heavens but there was still a void, where nothingness prevailed. There was little to no movement in the heavcens, Earth and all celestial bodies were void of life and empty. Despite being dominated by darkness. Eventually she decided to create two new deities, Yucáhu and Guacar, from magic and intangible elements. She then left hers sons in charge of creation. Yucáhu took over as a creation deity, becoming a universal architect. He then contemplated and awoke the Earth from its slumber. As part of this process, two new deities emerged from a cave. Boinael and Maroya, controlling the sun and moon respectively. Yucáhu was satisfied with his work, but Guacar hid within the heavens, never to be seen again because of jealousy. Yucáhu becomes bored but noticed four gemstones that were lying on the ground, which he converted into the celestial star beings. These start beings reproduced and spread throughout the universe, where they guide the deities. Then he created animals, granting them dwellings and teaching them how to live. Yucáhu then felt he needed to create something else, something that was neither animal nor deity, After contemplating this for a long time Yucáhu created man by opening a rift in the heavens from which the first man emerged. Yucaho then named the first man Locuo and gave him a soul. After Yukahu was satisfied with his creation, he left the world in the hands of humanity, feeling that balance had been reached.